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Dos horas de Julio Cortázar, a 105 años de su nacimiento
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Dos horas de Julio Cortázar, a 105 años de su nacimiento

Un despliegue único, que a modo de recuerdo completa todos los casilleros.

Un Julio Cortázar maduro, en plena dictadura argentina, atraviesa su obra, desde la década de 1930 hasta aquella entrevista a la Televisión Española, en 1977, siete años antes que la leucemia acabara con su vida.

Allí se prestó a un diálogo imperdible con el periodista Joaquín Soler Serrano, del que sólo quedan pendientes «Alguien anda por ahí», al cual sólo se refiere por encima, más «Queremos tanto a Glenda» (de 1980) «Deshoras» (1982), además de las miseláneas y poesías escritas con posterioridad.

Ya la escritora cordobesa Eugenia Almeida lo consideró un ‘incomprendido’.

Se reconoce solitario, señala que sus primeros textos no debieron publicarse y recuerda allí al editor que le impidió publicar un libro en la década de 1950, por contener «muchas malas palabras», ya que «estaba escrito como habla la gente en la calle, en todos lados».

Cortázar hace una referencia a la interpretación de ‘Casa Tomada’ vinculada al peronismo, vuelve a argumentar un sueño para haberla escrito en una sóla tarde, pero que el psicoanálisis podría ubicar su lugar en el de la clase media en aquel tiempo de ascenso social de los «descamisados».

Negando haberse ido del país a causa del Gobierno peronista, sí dijo haber elegido no estar en el país en la dictadura cívico-militar iniciada en 1976.

Se reconoce como parte de «la clase burguesa» desde niño, pero recuerda el libro escrito para financiar causas de «exilados» argentinos, y a familias de desaparecidos en el país, que le valió críticas de todos sus lectores «los de derecha y los de izquierda».

Párrafo aparte le valió la mención de «La autopista del sur», que narra un eterno embotellamiento de tránsito, que le valió que todos sus amigos lo recuerden «ante cada atasco».