El Sur del país enloquece con su primer título post-Diego. Por eso, ofrecemos el documental de Asif Kapadia, que refleja cómo se vivieron sus seis temporadas allí.

En su momento, no le gustó la traducción de “estafador” que llevaba el nombre de la pieza que realizó el reconocido director británico, y por eso no apareció en la versión argentina de “Maradona, Rebelde, Héroe, Dios”. En realidad, el concepto apuntaba a su arte por el engaño.

Fue uno de los mejores documentales estrenado con el mejor jugador de todos los tiempos en vida. Se conoció poco tiempo antes de su muerte.

Y ahora que Nápoles vuelve a celebrar con el fútbol, en este caso con el equipo de Luciano Spaletti y «Kvaradona», este trabajo toma vida nuevamente.

Treinta y tres años después de su último campeonato, nuevamente festeja. La temporada 1989/90, claro, lo tuvo a D10s de protagonista.

Este material lanzado en 2019, no sólo se metió de lleno en los años en los que la imagen (real y simbólica) de un Maradona ecuménico se construyó por completo, sino que gran parte de las dos horas que dura es inédito.

Sí, como un nuevo pozo petrolero en el desierto, siguieron apareciendo imágenes nuevas de Diego.

El gestor de que hayan estado fue el primer representante de Diego, Jorge Cysterpiller, quien durante el Mundial Juvenil de Japón, en 1979, aprovechó para comprar una cámara de vídeo profesional. “Algo había” en ese Cebollita.

Después contrató a tiempo completo al camarógrafo profesional Juan Carlos Laburu, quien lo siguió a sol y a sombra en Argentina, luego en Barcelona y más tarde en Nápoles.

De ahí surgen. Muchas de ellas el trabajador las guardaba celosamente, jubilado en el sur italiano. A otras las tenía Claudia Villafañe, y la negociación para poder tenerlas, recuperarlas (casi treinta años después) y digitalizarlas, no fue sencillo.

A partir de allí Kapadia, documentalista también de las vidas de Amy Winehouse y Ayrton Senna, construyó el material, que no tiene relato narrativo sino ambiente. ¡Gol!

Logró tocar fibras íntimas fuera del terreno con ‘Diego’: joven, auténtico e imantador, que llega a Nápoles y cumple todos sus sueños: “hacer rico al sur pobre” y levantar la Copa del Mundo.

Después, en una simbología que realizó el preparador físico Fernando Signorini, aparece ‘Maradona’, la figura. El de los enojos y excesos, pero así y todo subcampeón en las mismísimas tierras italianas y ganador del segundo scudetto.

Se sabe, entre 1984 y 1991 Nápoles se vio revolucionada. Y un ser humano no podía caminar por sus calles.

El surgimiento del escándalo de Diego Maradona Junior construye el presente del hijo que terminó reconociendo. El doping y un escape de madrugada de la tierra en la que obtuvo todo en lo deportivo están incluidos, además de una Navidad interminable.

Maradonianos, preparen lagrimales.