

Para el periodista cordobés, un viaje de principios de marzo a Malvinas se convirtió en una odisea. Regresó a fines de abril, habeas corpus e intervención de Cancillería mediante.
Que el «aislamiento social, preventivo y obligatorio» declarado en Argentina tiene características tan excepcionales como el avance del coronavirus, no es novedad. Pero la cantidad de experiencias que genera a nivel global no tienen lugar para ser difundidas.
En ese camino tuvo tránsito el periodista Dante Leguizamón, reconocido por sus investigaciones en Canal 10 y radio Universidad. Es que debió pasar 50 días «varado», transitando muchas veces sin rumbo en el mar Caribe.
Su necesidad llegó hasta la presentación de un Habeas Corpus, con destino a la Justicia Federal de Córdoba.
Pero su viaje inicial a principios de marzo en el crucero ‘Zaandam’ con 1.400 personas a bordo, entre tripulantes y pasajeros y destino a Islas Malvinas, tuvo en el Covid-19 un inesperado giro.
Pasó buena parte de los 50 días «atrapado en un barco» (fue pasado al Rotterdam, de la misma empresa) en el Mar Caribe, deseando abrazar a sus hijos y «dormir en una cama que no se mueva».
Es que el organigrama fue suspendido, no pudieron tocar tierra por la negativa de varios países y cuando atracaron, en Florida, bajaron la mayoría, pero no Leguizamón, junto a un grupo de argentinos.
Tras varios pedidos, pudo emprender el viaje de regreso desde Miami, para realizar las dos semanas de aislamiento domiciliario y retomar «la normalidad».