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Maradona y el fútbol argentino: tan cerca y tan lejos
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Maradona y el fútbol argentino: tan cerca y tan lejos

A la bienvenida sincera del ambiente por su llegada a Gimnasia, se le anexa una incredulidad de poder sacar al equipo que está último en los promedios: “Es una bomba de tiempo”, aducen. Superviviente múltiple y con una rodilla a media asta, tras su “exilio” hoy se muestra abierto al diálogo y dice que esperaba su chance en el país.

Diego Armando Maradona es una sola persona, aunque en su historia -con 59 años a cuestas- haya mucho más que una vida.

Por si importara, su aspecto físico de la actualidad denota el desgaste, aunque no diste mucho de algunos otros momentos.

Recientemente intervenido quirúrgicamente de la  rodilla derecha, afrontaba en el país su recuperación hasta que recibió el llamado de Gimnasia y Esgrima de La Plata, para dirigir a un equipo en condiciones extremas, promedios mediante.

Quienes indagaron en sus recientes pasos como DT no dejan de valorar su voluntad por madrugar para entrenar en el fútbol de ascenso con el Fujairah de los Emiratos Árabes, pese a dejar la conducción antes del Repechaje que derivaría en subir. O haberse bancado un año en el Dorados de Sinaloa, donde llegó a la final de los dos torneos que disputó, cayendo en ambas sin contar con un plantel lleno de estrellas.

En nuestro fútbol, el mismo Julio Grondona que lo había ido a buscar era quien le prohibía a directivos hacer un intento de regreso.

En Dubai, la tierra que lo acogió como “embajador” durante el exilio argentino, trabajó hasta el último día de su contrato.

En tierras mexicanas firmó por 6 meses, renovó por otro medio año y sólo se alejó por la imposibilidad de moverse con facilidad a mediados de este año, cirugías programadas mediante.

Quien lo quiera recordar en el banco de Mandiyú o Racing, mientras el jugador (que luego volvería) cumplía la sanción por dóping de Estados Unidos 1994, no tiene demasiado sostén.

Las cuestiones son incomparables. Y del mismo modo lo es aquel que condujo al equipo nacional antes y durante Sudáfrica 2010, donde fue convocado de urgencia en medio de la Eliminatoria.

En la actualidad, elige reconocer haberse equivocado en el 0-4 con Alemania antes que valorar una gestión en la que sacó el 75% de los puntos (18 triunfos y 6 derrotas, sin lo gris de ningún empate).

Eso sí, el 6-1 con Bolivia está en ese horizonte irregular.

Entonces, ¿Qué hacer con Maradona en el fútbol argentino?

Se sabe que desborda confianza y, con facilidad, la puede trasladar al ambiente próximo y a sus dirigidos. Gimnasia parte del fondo de todo, pero llega con antecedentes como DT de haber hecho jugar por encima de su nivel a muchos futbolistas en sus últimas experiencias.

Sus primeros pasos transitaron desde las innumerables caídas de local al angustiante y esperanzador triunfo de la última fecha, ante Central Córdoba de Santiago del Estero, un rival directo por la Permanencia.

No faltaron idas y vueltas, inclusive con la certeza de dejar el club, cuando parecía que el actual presidente no se presentaba en las elecciones. Sólo Maradona obligó a los dirigentes casi a violar su propio estatuto, llamar otra vez a comicios y que Gabriel Pellegrino, con más del 60% de apoyo, renovara como mandatario. Conclusión, Diego sigue en 2020.

El hecho de ser gestor de una religión por encima de todos los cánones, la “Iglesia Maradoniana”, es sólo un capítulo de su eterna obra en vida.

Remontarse a un pibe que, con 19 años era campeón juvenil y en esa misma Navidad repartía juguetes en la Villa Fiorito que fue su hogar, puede ser otra opción para hallar su faceta más pura y crítica contra el poder. Ese mismo que invisibilizó a él, su familia, amigos y a millones de otras personas… igual que siempre, bah.

Recurrir al futbolista excede largamente al 22 de junio de 1986, en aquella siesta en la que el estadio Azteca lo vio consagrarse. Lo buscaron de la Selección para zafar de un Repechaje cuando no tenía club y con 33 años a cuestas, y hoy dice que de la Copa de Estados Unidos lo sacaron “después de vender todas las entradas”, por el riesgo a un nuevo título argentino.

Hizo al sur más poderoso que el norte en Italia.

Hasta no hace mucho se mostró muy cerca del plantel de Deportivo Riestra, que hoy juega la Primera Nacional.

Parte del club porteño es gerenciada por el abogado Víctor Stinfale, cercano a Maradona y recientemente absuelto en el juicio de encubrimiento del atentado a la AMIA como defensor de Carlos Telleldín. Testigo desde un principio, confesó haber mentido en la primera causa, que con el juez Galeano y los fiscales Mullen y Barbaccia a la cabeza terminó quedando nula.

Diego es también aquel adicto y el de la sobredosis de enero del 2000, que por poco no le cuesta la vida, y del ser que se sobrepuso después, Cuba y Fidel Castro mediante. “El Maradona como persona…” al que recurren seres carentes de infancia y con moralina de sobra.

«La pelota no se mancha», tiró en su despedida en La Bombonera, después de reconocer que se equivocó y también que pagó.

Es también el golpeador, denunciado por violencia de género (video incluido) contra Rocío Oliva, su expareja. Hoy recuerda esta faceta la subcapitana del equipo de fútbol del mismo Gimnasia, Mercedes Carlini: “No hay que dejar pasar que haya ejercido violencia en su momento. No creo que tenga que juzgar, o estar habilitada para sacarlo de un lugar por eso, aunque no lo apruebe».

Las batallas sociales son otra marca, tal vez  en la que más empeño pone suponiendo interpelar a una mayor cantidad de personas.

Partiendo de la fallida Asociación Internacional de Futbolistas Profesionales, sindicato que junto a Erik Cantoná, George Weah, y con el aval entre otros de Rai, Ciro Ferrara, Gianluca Vialli, Hristo Stoichov, Gianfranco Zola, Laurent Blanc, Michael Preud’Homme y Thomas Brolin conformó en 1995, como oposición a la gestión Joao Havelange y cuyas críticas sostendría contra Joseph Blatter.

Llegando a estos días sus dichos se multiplicaron haciendo hincapié en las denuncias por el aumento de la pobreza y la brusca caída del poder adquisitivo del salario en la gestión de Mauricio Macri, “el presidente más futbolero de todos los tiempos”, pero una de las únicas personas públicas que no hizo referencia a la “vuelta” de Diego ni siquiera vía redes sociales.

Obviamente, los cruces entre ambos en tiempos de Boca Juniors, uno como mandatario y otro como futbolista que defendía los sueldos de sus compañeros, demandan rencores varios del dirigente, que fue llamado el “Cartonero Báez” en medio de ajustes.

Se sabe que la presencia de Giselle Fernández, que a grito pelado se anunció en la primera conferencia del «10» entrenador como “la hermana de Cristina”, poco tuvo de casual, a sabiendas del fanatismo de Ofelia Wilhelm, la madre de la expresidenta, por el ‘Lobo’.

Con empeño guardó el astro el rosario entregado en ese momento, propiedad de una de las más reconocidas simpatizantes del equipo platense, ese mismo que sumó tres mil socios en pocas horas y sólo por falta de capacidad operativa.

No pudo contener allí las lágrimas y tampoco al dirigir su primera práctica: «No soy de mármol, sino de carne y hueso».

La política lo tuvo incluido siempre, no sin vaivenes. Desde su cuestionada cercanía a Carlos Menem hasta las entrevistas con los candidatos a presidente en el retorno democrático de 1983, “para elegir al mejor”. Tenía 22 años.

Mostró siempre cintura para eludir a la Guerra de Malvinas como continuidad en cancha durante 1986, pero para dedicarle los dos goles a Inglaterra, los más importantes de la historia argentina en Mundiales, a “las madres que se quedaron sin sus hijos”.

Ya en Buenos Aires, camino a casa, con mi amigo Matías Morla. Muy contento con la noticia que Alberto Fernández será nuestro nuevo presidente, de la mano de la GRAN Cristina. Saludos a todos! ??

Publicado por Diego Maradona en Martes, 21 de mayo de 2019

Su cercanía al kirchnerismo tiene como forma explícita la llegada del “Fútbol Para Todos”, de cuya presentación en 2009 participó, como entrenador del plantel superior argentino.

La posibilidad de ver los partidos de Primera División gratis, sólo portando un televisor y una antena en casi todo el país, llenó alguna que otra panza hambreada, eso sí.

Pero esta simpatía con el proyecto que hoy encabeza el candidato Alberto Fernández no se describe mucho más allá de tratarse de un modelo “populista”, en el sentido más abarcativo del concepto: desde lo distributivo socialmente de su esencia, hasta lo prohibitivo del planteo neoliberal, que se reserva todas las cuevas de poder a nivel mundial y apunta al esquema como el enemigo a destruir.

¿Lo quieren en programas de chimento? ¿Discutiendo en las emisiones deportivas con seres que le quitan valor al fútbol?

La mejor opción, a priori, parece escoger verlo feliz, en un contexto de alta emotividad. Y así se mostró desde antes de que la pelota empiece a rodar.

Diego está de vuelta entre nosotros. Y será reconocido en La Plata, pero también cuando pase por Córdoba, Mendoza, Rosario, Mar del Plata, Banfield, Parque Patricios, Avellaneda y, obviamente, en La Bombonera, donde está previsto jugarse la última fecha.

Por: Aníbal Abt
@mundo9ricota